Todos los casos que hemos consultado durante cuarenta años presentaban el SEAC en la génesis de su problema de salud, independientemente del estado patológico o dolencia.
Con ánimo de tratar siempre las causas originales o primarias, podemos concluir nuestra experiencia clínica aseverando que el Síndrome del Estado de Alerta Crónica podría ser el origen de todas las enfermedades, aunque no la única causa.
El estado de la enfermedad siempre es plurietológico, destacando que la mayoría de las teorías tienen una parte de razón, aunque desconectada y distorsionada.
Es importante enfatizar que el SEAC solo es el origen primario u origen central, es por así decirlo, el eje de una rueda en movimiento con sus respectivos radios.
Por ello podemos calificar el Estado de Alerta Crónica como un síndrome: establece un conjunto significativo de síntomas y signos (datos semiológicos), que concurren con variadas causas o etiología.
En consonancia con el pensamiento esférico, la enfermedad se debe entender como una interacción bidireccional de afectación mutua entre el SEAC y las demás variables causantes del estrés orgánico.
Por lo tanto, variables causales como por ejemplo la alimentación, los patógenos, los agentes químicos o el propio estrés cotidiano (agudo), entre otros muchos, son actores secundarios al SEAC, siendo los radios que componen la rueda de la enfermedad, donde todos ellos giran en función al eje. Forman lo que denominamos el código del SEAC.
Este elenco plurietiológico siempre es combinatorio, sinérgico y responsable de desencadenar retroalimentaciones positivas con el SEAC. Es por ello que nuestro estudio se dirigirá SIEMPRE al conocimiento de los efectos interactivos entre el SEAC y los demás efectores. Por ejemplo, la interacción del SEAC + alcohol + fármacos produce un efecto de mayor complejidad puesto que el estado de alerta crónica modifica el comportamiento regenerativo y depurativo del organismo ante estos agentes.